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Concurs de Relats Eròtics

Ja estem deixant lluny l’estiu i des de GEA no volem que us refredeu gens ni mica, per això reprenem els relats eròtics!

Avui la Panterallena en ofereix una fantasia ben picant!


Nada es lo que parece, pensaba en mis adentros, él me miraba, veía una mirada intensa y apasionada que me comía a bocados.
Estaba en la barra del bar, con mi copa de vino blanco “IMPRESIONES” el vino que más me gusta. Esa noche vestía sofisticada, unos tejanos y un body con transparencias, muy discreto, mostraba todo a su justa medida. Necesitaba un breack, un momento para mí después del intenso día de trabajo que había tenido Él, seguía mirándome de forma descarada, me acerqué y le pregunté:

“- Disculpe, se puede saber, si no es mucho preguntar, ¿¡qué coño estás mirando!?”-

La verdad que no me esperaba y menos con esa reacción, se lo vi claro en su mirada. Me puso su dedo índice en mi boca haciéndome callar, me cogió la mano indicándome el camino a la salida del local. Sin saber porque, lo seguí y allí nos encontramos el desconocido misterioso y yo en la puerta de aquel bar de copas. Se acercó a mi oído y me susurró despacio y bajito:

Él: “- ¿Quieres vivir un momento único?-”
Yo: “- Pero si ni tan siquiera te conozco.-”
Él: “- ¿Confías en mí?-”
Yo: “- No.-”
Él: “- Muy bien, disculpe por haberle robado su tiempo -.”
Yo: “-¿Dónde vas?-”
Él: “- A vivir –”

Todo mi cuerpo se estremecía, no podía verlo marchar.

Yo: “- ¡ESPERA! no sé porque algo me dice que tengo que ir contigo.-”
Él: “- Muy bien, así me gusta, si no te importa te cubriré los ojos, no quiero que sepas dónde vamos.-”
Yo: “- mmmm…., entonces…-”
Él: “- Ssssh… dijiste que confiabas en mi.-”

Subimos a su cuche y el camino se me hizo corto, más o menos sabía dónde estábamos, me conocía casi todos los recovecos de la ciudad. Paró el coche, me ayudo a bajar y me agarró por la cintura, me empezó a besar de una forma muy sensual toda la zona del cuello, los hombros, clavícula hasta notar que se colocaba delante de mí.

Él: “- Ahora vas a vivir una experiencia que tu cuerpo hace mucho que te lo reclama, solo te pido que sigas confiando en mí y que te dejes llevar. También te indico que me digas “BASTA” en el momento que sientas que tus emociones están sobresaturadas y la situación no la puedas sostener, sino es así, ¡repito! permítete vivir ésta experiencia.”

Por un momento me asusté pero tuve la sensación de que todo esto ya lo había vivido antes. Nos dirigimos hacia algún lugar dónde la temperatura era muy agradable, notaba otras energías presentes aunque seguía sin ver nada. De repente me sentí sola, sin que nadie estuviera a mi lado acompañándome, es entonces, cuando recordé que todavía no le había preguntado por su nombre. Permanecí quieta, inmóvil, una música de fondo empezó a sonar, una música que hacía vibrar todo mi cuerpo, nunca antes lo había escuchado, penetraba cada uno de los poros de mi piel y con ello empecé a notar de pies a cabeza olores varios, todas ellas muy sensuales. Me empezaron a quitar las botas, los tejanos, el body, el sujetador y me dejaron en culot negro con transparencias. Tenía la sensación que estaban bailando con mi cuerpo siendo yo la protagonista inactiva de la historia. Quería quitarme la venda y a la vez quería seguir sintiendo esa agridulce sensación. Constantemente me recorrían un sinfín de emociones por todo mi cuerpo, la piel se me erizaba tan fuerte, que de nuevo los pezones me dolían. Manos manoseaban, amasaban, pinzaban, pellizcaban mi cuerpo sin tan siquiera hacer nada, solamente, me sostenía en pie. Alguien empezó a contrastarme la temperatura sobre mi cuerpo, a un lado, en uno de mis pechos, recorría un hielo que se iba deshaciendo por el torso de mi piel por el otro, todo lo contrario, creo que era una vela con olores afrodisíacos que se deshacía convirtiéndose en aceite y ese mismo aceite, recorría todo mi otro lado del pecho desnudo. En ningún momento, por ahora, esas manos quisieron invadir mi coño, estaba deseando que eso ocurriera, pero ¡no! Empecé a oír algún que otro gemido, siempre cerca de mi oreja. Estaba experimentando distintas sensaciones que venían de lo más profundo de mí ser. Sentía como mi cuerpo pedía más y más mientras que mi emoción era un cóctel molotov juntamente con todos mis pensamientos. De repente noté como si empezaran a pintar mi cuerpo, de forma erótica, pues aunque no pudiera ver, lo sentía y notaba TODO. Mi corazón cada vez latía con más fuerza, mi cabeza curiosa ella, quería saber toda la trama que tenían montada en ese momento conmigo y en ese lugar que no sabía dónde era. Manos, alientos, contrastes de temperatura, texturas varias, cuerpos empotrados junto al mío… Empecé a notar mordiscos por zonas muy secretas de mi cuerpo, parecía que se conocían el mapa erótico corporal de mi ser, empezaba sentirme una DIOSA envuelta de mucha energías potentes.

Por fin dejé llevarme, decidí entregarme a ese momento y fue entonces cuando me ataron de pies, piernas y manos dejando mi sexo al descubierto. Rajaron mi culot y empezaron a acariciarme todas las partes del cuerpo sin dejarse un hueco en él. Mis pulsaciones eran abismales, ya no escuchaba mi razón, mi instinto empezaba a apoderarse de mí, solamente quería sentir todo y cada una de las personas que me rodeaban deseándome más y más. Me regalaban al oído cosas muy profundas que solamente sabía yo. Sabían tocarme, sabían hacerme sentir, hacerme vibrar, toda yo estaba conmocionada, extrema lujuria salía por las olores corporales, la sudor recorría distintas partes de mi piel, me la chupaban deslizando las lenguas por el torso de mi cuerpo.

La sensación de no ver, estar atada y el toqueteo extremo de todas esas personas contra mi cuerpo, mi mente, mi emoción y mi ser, hacían de mí otra persona. Empecé a sentir poder, ambición, éxito, lujuria, deseo carnal con tod@s y cadaun@ de ell@s que estuvierna disfrutando de mí, dejándome ser una pieza de carne.

Él: “- Basta-”.
Escuché.
Él: “- Dejémoslo aquí por hoy.-”
De repente tod@s se fueron bajo un silencio sepulcral, el hombre misterios empezó su juego solo.
Él: “-¿Dime, qué es lo que más deseas que te haga en éste momento?-”

PIPIPIPI, PIPIPI…

Yo: “- MIERDA, la alarma ¿por qué ahora? ¿Era un sueño?, estoy chorreando… ¡JODER!”

Panterallena